YO NO ME QUITO - Wilfredo y Melanie Ortiz

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Aquella madrugada

Por: Georgie Rodríguez
Todos nos preguntamos, ¿Por donde pasará? Las opiniones no cesaban. ¿Entrará por el centro o por el este? Aquella centella, de 155 millas por hora sin misericordia pa' encima venía.
Veinte de septiembre, se venció el plazo para los
consabidos preparativos.  Todos estabamos exaustos de mover cosas pa' un la'o y pa' otro.  Sólo resta atrincherarse en el lugar más seguro y esperar el cantazo.

Aquella madrugada del 20 de septiembre del año 2017 fue leeeenta como una gota de suero.  La Leona se acerca, su ojo no discrimina. Ya se escucha a lo lejos las ráfagas de terror con un sonido muy peculiar e inigualable.  Algo así como el gemido de nuestra tierra solicitando el cuidado debido.  Se intensifica su paso... ¡Dios mío! ¿Cuando acabará esto?

Mientras, en el interior, en la pequeña habitación, a media luz, y un calor sofocante, los recuerdos cuando niña de aquel León llamado San Ciprián saltan a su mente.
Yo, junto a su cama, sentado, seco sus lágrimas mientras abanico su cara, tratando de mitigar el calor que se funde con el temor de los acontecimientos.  Fue el momento más intenso de esta tormentosa espera y, ...el más profundo.

Recordé cuando era niño. Ella pasaba largas horas en la madrugada meciéndome en sus brazos.  Tratando de calmarme de una pesadilla.  Tantas veces que lo hizo por mí. 
Su bendición y oraciones nunca faltan.  Sin embargo, yo intento cuidarte con la misma intensidad que tú me cuidas.  Pero, siempre, siempre, siempre sobrepasas mi expectativa con todas tus atenciones.  Esto es sólo parte de esa extraña ecuación maternal, cuyo resultado señala al infinito.  Así es el amor de una madre. Le doy gracias a Dios por ti.